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Opinión

Objetivos. ¿Experimentamos o vamos a lo seguro?

Todo aquel que utiliza una cámara SLR sabe que los objetivos tienen tanta o más importancia que la propia cámara. Y también sabe que para obtener los mejores resultados deberemos utilizarla en modo manual.

Los objetivos, su construcción y calidad, será lo que de verdad dote a nuestra fotografía de ese punto final que necesitamos.

Usualmente la mayoría de los fotógrafos piensan en términos de distancia focal; clasificando los objetivos en fijos, angulares y teleobjetivos (si consideramos esta clasificación como la más estandarizada y aceptada). Y usualmente buscamos cubrir todas las distancias focales.

Si tenemos un 17-40 y un 70-200 pensaremos en buscar algo que nos cubra del 40 al 70.

En mi opinión es un error pensar así. No tenemos por qué cubrir todas las distancias focales. Depende de nuestro tipo de fotografía, de nuestro estilo y necesidades. Debemos hacer una mayor inversión en las focales que de verdad necesitamos.

Por ejemplo, en mi cámara, el 70-200 es mi objetivo favorito. Prácticamente lo podría dejar pegado con Loctite.

En unos, dos, tres objetivos buscaremos la mejor calidad que nos podamos permitir.

De forma simple y no del todo correcta, para el caso de Canon, buscaremos objetivos que sean de la serie L (la mejor construcción), que posean estabilización, que alcancen aperturas muy grandes (por debajo de f4), etc.

El problema es que todo esto es caro, muy caro.

Todos estamos de acuerdo que un objetivo bueno es un objetivo bueno (menuda frase). Pero no siempre los resultados que obtenemos con ellos son tan satisfactorios.

Por ejemplo, del famoso pisapaleles 18-55 de Canon al 17-40 L (cuyo precio quintuplica) personalmente no he notado una gran mejoría.  Tengo que estar en los extremos del objetivo (tanto en apertura como en distancia focal) para apreciar las diferencias (aberraciones, etc.) que efectivamente se producen. ¿Tanto como pagar más de 1000 € por el objetivo (precio cuando lo compré)?

Si trabajas en esos extremos seguro que necesitas un 17-40; para el término medio no estoy tan seguro.

De todas formas siempre he sido un fiel defensor de los objetivos buenos que ahora vamos a llamar como dicen los fotógrafos … cristales. La mejor inversión que puedes hacer está en los cristales y no en la cámara.

Lo sigo defendiendo aunque me voy a contradecir y no compartáis lo que sigue en el artículo.

La inversión puede ser muy grande. Es fácil comprar una cámara de 3000€ y tener que gastar 6000€ adicionales en cristales.

Una inversión que no todo fotógrafo puede permitirse.

¿Qué hacemos en este caso?¿Tirar de imaginación?

Existe un objetivo al que le “tengo ganas”, el Canon 85mm f/1.2 L USM II. A buen precio anda alrededor de 2000 €. Su hermano “pequeño”, el Canon 85mm f/1.8 USM EF puede encontrarse por algo menos de 400€. En calidad de construcción no hay comparativa que valga, pero en rendimiento …

Cualquier fotógrafo que tenga el modelo 1.2 L te dirá que es lo mejor de lo mejor; pero cuando ya te has gastado una buena cantidad de euros en otros objetivos, o has tenido que justificar “internamente” (la familia) compras de más de 1000€ en objetivos … es difícil seguir justificando estas inversiones.

Si tu cámara no es de sensor completo, poco resultado vas a sacar del 1.2 L; en este caso la elección sí que parece clara para el 1.8.

¿Y otras alternativas?

Desde hace algún tiempo hay una marca lowcost que está pegando fuerte en el mercado. Nunca he sido de trabajar con estas “marcas”, pero sí que me ha sorprendido el Samyang 85mm f:1.4 (alrededor de los 300€)

Es “plasticoso” y poco robusto. Pero los resultados que he visto no lo dejan en mal lugar.

El 1.2 resulta muy llamativo. Aunque ya sabemos que a “extremos” los objetivos “no buenos” no tienen gran comportamiento. Su nitidez “perfecta” no la vamos a alcanzar con estas focales.

Otro problema en su enfoque manual. Sin una pantalla de enfoque de prisma partido, intentar atinar debajo de f2.5 es “milagroso”.

¿Y si hacemos inventos?

El objetivo puede comprarse con varias monturas. Si tenemos una Canon podemos comprar el modelo con montura Nikon.

Necesitaremos un anillo adaptador de Nikon a Canon. Perfecto; lo compramos pero con un pequeño truco, que disponga de chip de enfoque. Esto no va a hacer que el objetivo enfoque de forma automática; pero cuando enfoquemos de forma manual podremos oír un pitido cuando alcancemos el enfoque correcto.

Aunque podéis montar por vuestra cuenta un chip de enfoque, es complicado y laborioso; el truco del anillo conversor con el chip incorporado nos soluciona la papeleta.

Así el objetivo + anillo se pone a la par de precio que el Canon 1.8. En el modelo Samyang tenemos un 1.2, en el Canon un enfoque automático. ¿Por dónde tiramos?

Me gustaría decir que me voy directamente por el Canon 85mm f/1.2 L USM II, pero con la renovación de la cámara cercana, no dispongo de más presupuesto para “inversiones”. Modernizar 2 objetivos el año pasado ha agotado ese presupuesto.

No quiero pasar más tiempo sin un 85mm, así que o voy con Canon o hago experimentos. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Merece la pena este tipo de «apaños»? ¿Debe alguien que busca siempre la profesionalidad en sus trabajos plantear este tipo de «experimentos»? ¿Debemos ser siempre esclavos del mercado y sus tendencias? ¿Cuanto importa la imagen aparente que transmites al exterior?¿Tenéis experiencias similares?